Segunda vuelta: el extremo mediático y un talk show
Las encuestas de la última semana otorgan como intención de voto del 36,2% a Pedro Castillo y del 30% a Keiko Fujimori, la distancia cada vez es menor. La polarización por los extremos en la intención de voto es evidente, sin embargo, es visible que al menos un 33,7 % ejercerá su derecho del voto blanco o nulo, también los que aún no deciden y quienes no irían a votar (Ver encuesta).
Hace unos días Castillo retó a su competidora Keiko Fujimori a debatir en el penal, quien inmediatamente respondió que lo esperaría en la puerta del establecimiento penitenciario. Ese es uno de los tantos números del acto circense.
En la segunda vuelta, el extremo mediático y un talk show es la cuestión más importante. Por un lado, el profesor y rondero que parece seguir creyendo que tiene una ventaja cómoda sobre su rival, los golpes de todo ángulo, incluso internos, no le permiten concentrarse en afinar un plan de gobierno concertado en alianza con fuerzas progresistas, que respete la institucionalidad de la cosa pública y la democracia.
Hay cuestiones prácticas que se deben exponer con claridad, por ejemplo, sobre el fortalecimiento del ejercicio de derechos, políticas públicas para dinamizar la economía del mercado, analizar acciones sobre la explotación de mineral, así como emprender una mejor administración de la riqueza del país, modernizar la administración pública, entre otros temas.
Y, por otro lado, Fujimori es la muestra más viva de lo aparente, se victimiza, reta a debatir, apela a su condición de mujer, llama comunista a sus adversarios, hace campaña para no parecer como Venezuela y no dice nada de Colombia. No podemos dejar de mencionar que el crecimiento de intención de voto es gracias a sus voceros o grupo de medios periodísticos más poderosos. Allí se suman los ex candidatos con un discurso fascista, llamando a la muerte del adversario.
Todo funciona con el aporte millonario de las empresas, claro está que de los cócteles no son. Por eso las portadas de diarios para favorecerla mientras mantienen silencio sobre delitos por crimen organizado, lavado de activos agravado, falsa declaración y obstrucción a la justicia que pesan en su contra y por el cual tiene libertad con restricciones.
Sobre Fujimori se tiene mucho que decir. La década de los 90’, dictadura de gobierno, corrupción al más alto nivel, una Constitución apócrifa, entre una larga lista de delitos. Por ello fue sentenciado el creador del fujimorismo.
En los últimos 20 años el panorama no cambio nada. Como congresista se la pasó ausente del Congreso; al benjamín de la familia (Kenyi Fujimori) le encontraron droga en su empresa; el esposo Mark Vitto, quien se incrimina haber cometido delito por amor, lo real es que es acusado por lavado de activos y otros.
Que los debates no se conviertan en un Circo Electoral que nada ayuda a enfrentar la crisis económica y sanitaria que vivimos.
No solo se trata de hacer una interpretación literal de los planes de gobierno de ambos candidatos y creer todo lo que dicen. Recordando a Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no cumplieron su propio plan de gobierno, sino todo lo contrario. Mayor peso tuvo la hoja de ruta y los compromisos por respetar el orden institucional a pesar de las visibles diferencias y carencias de una mayor población que no tiene acceso a servicios básicos y al respeto de la dignidad.
En este punto, para evitar la hoja de ruta, se debe modificar en las exigencias del contenido del plan de gobierno otorgándole mayor peso a los planes de desarrollo. Así como ampliar las limitaciones y requisitos para postular al cargo de elección popular quienes enfrentan una Investigación por lavado de activos, organización criminal, delitos contra la administración pública y otros, hasta que se resuelva y quede consentida su situación jurídica.
Para celebrar los 200 años como República “independiente” necesitamos que el siguiente gobierno obtenga legitimidad, genere confianza y exponga con claridad un plan para gobernar en forma consensuada, respetado los derechos fundamentales, fortaleciendo la independencia de organismos autónomos y poderes del Estado.
Escribe: Por Helio Cruz
Publicado en Pulso Regional:
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